Fiestas de pueblo en agosto ¡Fum! ¡Fum! ¡Fum! (música villancico 25 de diciembre)

Las fiestas de pueblo son esos eventos capaces de transformar a los pueblos más pequeños en auténticas sucursales de Ibiza. Ritos ancestrales como ellos solos que a golpe de pasodobles y botas de vino, secuestran a nuestro raciocinio y dejan que por una vez al año (o dos o tres) nuestra dignidad se tome la noche libre.

En tu día a día procuras llevar una vida sana. Según van pasando los meses, aumentas la cantidad de alimentos ricos en fibra que comes; sueles hacer ejercicio diariamente (o casi), e intentas no cometer demasiados excesos. Estás contento con el rumbo que está tomando tu vida… hasta que un mensaje de whatsapp entra en tu móvil con la fuerza destructora de un “haz lo que quieras”. Sabías que tenía que llegar. Sabías que te tendrías que enfrentar a él. Y sabes perfectamente que no te puedes escapar: han abierto un grupo de whatsapp para las fiestas de tu pueblo de este verano. El título del mismo, “Como las grecas 2016”, confirma todas tus sospechas: adiós a la vida sana, hola a la semana más loca del año.

La bota de vino, el pilón y la caldereta forman la baraja del eje del mal. Cualquier mano que incluya estas cartas te puede convertir en leyenda.

Aunque en un primer momento intentas pensar alguna excusa para no ir tan a fuego como el resto, pronto te desmoronas. “Son solo 4 días de nada” dices intentando autoconvencerte. “Por unos días que me salte la dieta tampoco pasa nada” y “me llevo las zapatillas de correr y así aprovecho por la mañana” son otras dos de las grandes mentiras que dices a ti mismo. Si hubieses salido a correr todas las veces que te has llevado las zapatillas “por si acaso”, ahora mismo serías campeón de España de maratón.

Así que al final, y en un diálogo interno digno de una película de fin de semana de Antena 3, llegas a la conclusión de que tú lo que quieres es ir a tope y punto.

Todo comienza con los reencuentros. El pueblo mola por estas cosas, hay gente que solo ves una vez al año y que siguen siendo amigos fieles. Y además cabe la posibilidad de que sea así por eso mismo, así que nadie intenta quedar fuera de las fiestas del pueblo, en la llamada vida real. Una cerveza por aquí, un vino por allá… y cuando te quieres dar cuenta a tu alrededor están todos tus amigos de toda la vida. Y sus parejas. Y sus padres. Incluso hasta los tuyos. Ha llegado el momento de huir hacia un lugar seguro. El refugio. El santuario. La peña.

Aquí es donde todo se empieza a ir de madre. Música y risas van dejando paso a litros y litros de néctares varios. La bota de vino se convierte en tu compañero de noche y empiezas a sentir una atracción especial por el pilón al igual que le pasaba a Frodo con el anillo.

De fondo mientras sucede este match, en la orquesta suena «Cuando zarpa el amor».

A la mañana siguiente, te lo puedes imaginar. Si viniese el ministerio a hacerte una encuesta, en tu estado pondrías “muerte y destrucción”. Pero no es hora de lamentaciones, te levantas y como puedes te duchas y te pones en marcha hacia tu última esperanza. Un evento que bien puede darte el poder suficiente para aguantar otra noche como la de ayer, o condenarte a una siesta brutal y resacosa hasta el día siguiente. Hablamos de la caldereta en la plaza del pueblo. Eso sí que es magia: señoras mayores ofreciendo al pueblo sus mejores guisos por un puñado de ego. Y tú vas y comes. Al principio tímidamente, pero luego metes la cuchara sin miramiento alguno. Poco a poco el cuerpo se va entonando y cuando te quieres dar cuenta, vuelves a tener una cerveza en la mano. No lo puedes parar y no lo quieres evitar. Porque las fiestas de pueblo molan y a ti te va la marcha.

De todos modos si no tienes la suerte de tener pueblo propio, siempre puedes buscarte alguna escapada de fin de semana a las fiestas de los más de 100 municipios españoles que en estas fechas celebran sus fiestas mayores. Recuerda que a través de www.kolaboo.com encontrarás los apartamentos vacacionales que más se ajustan a tus preferencias, así como trayectos en coche compartido para poder llegar a tu destino.