Entrada a las Pirámides de Egipto y la Gran Esfinge de Guiza

Las pirámides de Egipto son uno de los destinos turísticos por excelencia. La increíble mitología que rodea la construcción de estos monumentos inigualables sigue atrayendo a miles de turistas año tras año, y es que las pirámides de Giza continúan manteniendo ese encanto que las distingue de cualquier otra construcción, monumento y obra de arte. Son únicas, y es por ello por lo que merecen tanto una visita. Esta triada de pirámides la conforman las tumbas de Keops, Kefren y Micerinos. 

Egipto y sus pirámides son iconos de la civilización del antiguo Egipto y, si te sorprenden por fuera, espera a visitarlas por dentro: Sus angostos pasadizos, diseñados para crear un entramado en el que los saqueadores se perdieran y no consiguieran acceder a la cámara funeraria donde se encontraba el ajuar del cadáver del faraón, son espectaculares y, además, algunas partes de su elaboración todavía no están muy claras a día de hoy.  

Sin ir más lejos, la pirámide de Keops, única maravilla del mundo antiguo que queda en pie, contiene en su interior un habitáculo, la denominada Cámara del Rey, que está suspendido en el aire y cuya elaboración sigue siendo un misterio.  

Si quieres comprar tu entrada a las pirámides de Egipto a las horas de menos calor del día, quizá deberías considerar la opción de visitarlas de noche. Y es que ver esta maravilla a la luz de las estrellas es todo un espectáculo que, aunque desvirtúa un tanto la concepción original de estos monumentos, es una actividad enormemente disfrutable. Además, vayas en el momento que vayas, siempre podrás hacerlo con un guía para que lo sepas todo y conozcas sus fascinantes secretos y las teorías que se barajan sobre cómo se erigieron.

Ten en cuenta, que alrededor de las pirámides vas a encontrar otras construcciones grandiosas como la Gran Esfinge, la famosa escultura de 20 metros de altura y 70 de largo esculpida en piedra caliza. Con cuerpo de león y cabeza humana, la esfinge tiene el cometido de vigilar el recinto funerario de las pirámides además de ser un símbolo de la realeza. En el Antiguo Egipto se pensaba que por la noche cobraba vida y cruelmente se alimentaba de aquellos que osaban disturbar el descanso eterno de los faraones y sus reinas. Existe el debate sobre si su cara es la del faraón Kefrén, quién la mandó construir. 

Se sabe que estaba pintada de vivos colores, su cuerpo rojo y tocado (nemes) de franjas amarillas y azules.